Emociones esenciales
- María Beatriz Tellería
- 9 abr 2020
- 2 Min. de lectura
Sam Keen, pensador y filósofo estadounidense (1931) refiere como emociones esenciales: el asombro, la gratitud, la humildad y la reverencia.
Hoy el planeta nos da muestras de cómo al descansar de nuestros constantes ataques, va recuperándose y regresando a su estado natural de armonía y equilibrio.
Nosotros mientras tanto como Humanidad, hemos tenido que padecer una pandemia viral con escalofriantes consecuencias , a todo nivel y en todos los continentes sin distinción alguna, para llamarnos abrupta y disruptivamente a un estado de sosiego.
El miedo, la incertidumbre, el desconocimiento han envuelto y recluido entre cuatro paredes a los mismos seres que otrora, se llevaban metafórica y literalmente "el mundo o planeta por delante" , registrando poco o nada el efecto nocivo de sus acciones cotidianas.
Dirá el mencionado pensador: muchas personas sólo hacen el "viaje de la conformidad cultural", agrego, perdiendo así de vista, el sentido de su propósito de vida, que existencialmente, responde al ejercicio encarnado de aquellas emociones esenciales.
Me pregunto, ¿dónde quedó nuestra esencia de seres espirituales que pensamos?. ¿Dónde la empatía que yace en las neuronas espejo con las cuales todos llegamos a esta vida?
¿Dónde la palabra y la mirada como meta lenguaje, instrumentos ambos que señalan nuestra diferencia en relación a otros seres vivos?
¿Hay algo que aún despierte nuestro asombro en un espacio natural, que lejos esté de la hiper información virtual - artificial?
¿Nos tomamos un tiempo en esta carrera diaria de postas sin llegada, para agradecer la posibilidad de estar donde estamos , de ser quiénes somos , de hacer cuánto podemos, de tener cuánto tenemos? y no me refiero a lo económico, a lo exitista, a los rótulos de grado, a la "chapa y pintura", a "las máscaras"...
La humildad ha sobrevivido en pequeñas muestras muy selectas ; los egos se han inflado demasiado y hoy sobre vuelan nuestros cielos por demás. Tanto espacio han ocupado que han corrido de la vista a la capacidad de reverenciar a un otro en un amplio gesto de respeto y reconocimiento. La violencia a ganado las calles y lamentablemente algunos hogares.
Pero....parafraseando a Keen, cuando asegura: "Si existió alguna vez una estrella escéptica, nací bajo su influjo"(...) Creo firmemente en la posibilidad de cambio de las personas, siempre que quieran hacerlo, que crean que pueden y aprendan cómo.
Estamos en un tiempo de transformación mundial que nos ha colocado en una instancia de aislamiento social que nos permite pardójicamente, un tiempo de diálogo interior, recuperación de un espacio sagrado e íntimo : el reencuentro con nuestro ser esencial.
"La cueva en la que temes entrar, guarda el tesoro que buscas". Joseph Campbell.

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