Senderos de vida

Andaba por la montaña descubriendo la sorpresa de su territorio semiárido. Mirada perdida en medio de la inmensidad del precipicio que se abría a mis pies.

¿Y si saltara al vacío? ¿vacío de qué, de quiénes?...

¿Yacerán redes contenedoras en la horfandad de los días solitarios? ¿Reverdecerá la fertilidad en tiempos de espera? ¿qué ha de revelarse en esta geografía de inviernos tan inciertos?...y ahí la respuesta a mis inquietudes, ahí el sosiego para mi alma perdida.

Una luz cual faro divino marcó mi rumbo, señaló mi meta, me impulsó en el deseo y me lancé confiada a conquistar lo nuevo.Avasallé el sendero bajo la guía celestial del calor que me iluminaba a cada paso.Elevé la mirada, abrí mis brazos, expandí mi pecho, sentí la emoción vibrar dentro de mí y supe que estaba bendecida. Instante de gracia: había hallado lo que tanto anhelaba.

Un ciclo transformador emergía por los senderos deslumbrantes de la vida. Un andar en profunda compañía me conduciría al preciado tesoro, de mi ser esencial.