PARADOJA HUMANA DE VINCULARIDAD
- María Beatriz Tellería
- 12 ago 2017
- 2 Min. de lectura

Mañana otoñal en un vagón cualquiera de subte, no importa cuál para la descripción; el paisaje es el mismo. Monotonía, miradas perdidas, rostros dormidos; ojos bajos, hurgueteando sobre pantallas de celulares, Algún lector de “libro de papel” como llegado de un anticuario (somos pocos los que asomamos al placer de esta actividad en la vía pública y tal vez también en la privada).
Miro y busco sin encontrar alguna sonrisa, alguna palabra, un gesto de presencia humana que motive el misterioso encanto del interjuego interpersonal. Una que otra pareja interactúa entre sí. Estudiantes del ámbito de la salud, intercambian miradas y palabras envueltos en sendos ambos celestes, delatores de su camino profesional. Una mujer, a mi lado, relee apuntes en grandes carpetas.
Sigo pispiando como quien desea encontrar”algún tesoro”, en la búsqueda insaciable de otro que me reconfirme en mi identidad. “El otro que nos es si yo no existo, el otro que me da plena existencia”, al decir del poeta Octavio Paz.
Panorama sombrío encerrado y guardado en un espacio común, donde la humanidad se vuelve serie sartreana y predomina la indiferente individualidad. Sensación de distancia ajena aún en la cercanía de la proximidad física.
Soledad de la muchedumbre; orfandad de la ignorancia por el otro prójimo y extranjero, presente y ausente a la vez. Micro mundos unipersonales, islas incomunicadas y dispersas en un mar de aguas heladas que apagaron el fuego de los corazones apasionados.
Paradoja contemporánea de la vincularidad social. Emoticones de pantalla, emociones graficadas que encerraron la sensibilidad y la virtualizaron. Sobreabundan amistades en las relaciones virtuales mientras habitan silencios y miradas ausentes en los tejidos seriados que deambulan por doquier.
Ay amor de mi vida!! Bendigo al cielo tu pasión encendida; tus caricias, tu tacto en el contacto de mi mapa corpóreo. Tu presencia en la profundidad de la mía. Encuentros de alquimia sagrada. Reencuentros humanizantes en un diálogo de almas, que confirman la existencia del otro en nuestro universo real.
Comments